El tercer domingo del tiempo ordinario, este año el 22 de enero, la Iglesia celebra el Domingo de la Palabra de Dios. Una Jornada que instituyó el papa Francisco el 30 de septiembre de 2019, con la firma de la carta apostólica en forma de «Motu proprio» Aperuit illis, con el fin de dedicar un domingo completamente a la Palabra de Dios.
La Conferencia Episcopal Española se une cada año a la celebración de este Día y anima a su celebración con la publicación de los materiales que elabora el área de Pastoral bíblica de la Comisión para la Evangelización, Catequesis y Catecumenado. Este año, además, se aporta una novedad: en el marco de esta celebración y teniendo en cuenta que el 27 de enero es la fiesta de san Enrique de Ossó, patrón de los catequistas de España, se propone dedicar estos días a concienciar sobre la responsabilidad que tiene la comunidad parroquial en la catequesis.
Así, este año, a los materiales para el Domingo de la Palabra de Dios, se suman otros documentos para difundir la figura de san Enrique de Ossó y la importancia de los catequistas en la vida de la Iglesia.
Un domingo para que repercuta en todo el año
El obispo responsable del área de Pastoral bíblica, monseñor Julián Ruiz Martorell, firma la presentación del Domingo de la Palabra de Dios. El prelado recuerda en su escrito que el Papa instituyó este Domingo para que repercuta en todo el año: «El día dedicado a la Biblia no ha de ser “una vez al año”, sino una vez para todo el año, porque nos urge la necesidad de tener familiaridad e intimidad con la Sagrada Escritura y con el Resucitado, que no cesa de partir la Palabra y el pan en la comunidad de los creyentes. Para esto necesitamos entablar un constante trato de familiaridad con la Sagrada Escritura, si no el corazón queda frío y los ojos permanecen cerrados, afectados como estamos por innumerables formas de ceguera «.
También destaca el deseo del Santo Padre para que este Domingo «haga crecer en el pueblo de Dios la familiaridad religiosa y asidua con la Sagrada Escritura, como el autor sagrado lo enseñaba ya en tiempos antiguos: esta Palabra “está muy cerca de ti: en tu corazón y en tu boca, para que la cumplas”.
¿Cómo leer la Palabra de Dios? Método de la lectio divina
La lectio divina es una antigua práctica que enseña a leer, meditar y vivir un texto de la Palabra de Dios por medio de un método muy sencillo que consiste en seguir varios pasos. Entre los materiales que se han editado este año se proponen tres esquemas de lectio divina: La primera para niños, tomando como base el salmo responsorial; la segunda para jóvenes, a partir del texto de la primera Carta a los Corintios; y la tercera para adultos, desde el texto del evangelio.
Con estos esquemas, se podrá seguir el proceso de la lectio divina. Como paso previo, se hace la señal la cruz, y tras un momento de silencio, la Oración de preparación.
Empezamos: guía paso a paso
Lectura de la Palabra de Dios: ¿qué dice el texto? Leemos el
texto las veces que sea necesario hasta que comprendamos bien lo que en él se
dice. Hay que hacer una lectura pausada. Este momento es de suma importancia.
Es necesaria la comprensión de lo que la Palabra narra.
¿Qué me dice Dios con este texto? Tras otra lectura nos
detenemos a preguntarnos lo que el Señor nos ha dicho por medio del texto. Es
el momento de la profundización de la Palabra de Dios para acogerla en nuestro
interior. Dios cuando inspiró al autor quiso hablar a los hombres. Intentamos
descubrir el mensaje divino contenido en el texto: ¿qué me dice el Señor?, ¿qué
mensaje particular me quiere Dios hacer llegar? Tomamos el tiempo necesario
para descubrirlo. Lo hacemos con serenidad y paz.
Ora. Habla con Dios sobre lo que te ha comunicado. Dialoga
con el Señor sobre lo que has descubierto en este texto. Puedes, si es
necesario y lo quieres expresar, darle gracias, pedir perdón, alabarle,
adorarle, hacerle alguna petición… dile todo lo que esté en tu corazón.
Cuéntaselo con sinceridad.
Contemplación: queda unos instantes en silencio en la
presencia de Dios. No digas nada. Solamente pon tu pensamiento y tus afectos en
el Señor.
Acción: es el momento de concretar lo que el Señor quiere
que vivas de lo que te ha dicho. No hay que ponerse muchos propósitos. Intenta
concretar y decide realizar una acción o a lo sumo dos. Ve cómo la(s) puedes
poner en práctica en tu vida real y concreta.
Terminamos con una oración final de acción de gracias: da gracias al Señor por esta lectio divina que has vivido.
Divulgar la Palabra de Dios y valor ecuménico
El papa Francisco instituía esta Jornada el 30 de septiembre de 2019 con la firma de la carta apostólica en forma de «Motu proprio» Aperuit illis.
El pontífice propone este Domingo dedicado a la celebración, reflexión y divulgación de la Palabra de Dios:
· Para comprender la riqueza que proviene de ese diálogo constante de Dios con su pueblo.
· Para que la Iglesia reviva el gesto del Resucitado que abre también para nosotros el tesoro de su Palabra para que podamos anunciar por todo el mundo esta riqueza inagotable.
· Para que nunca falte la relación decisiva con la Palabra viva que el Señor nunca se cansa de dirigir a su Esposa, para que pueda crecer en el amor y en el testimonio de fe.
Además, la celebración se ha hecho coincidir con la Semana
de Oración por la Unidad de los Cristianos. Un tiempo «en el que estamos
invitados a fortalecer los lazos con los judíos y a rezar por la unidad de los
cristianos. No se trata de una mera coincidencia temporal: celebrar el Domingo
de la Palabra de Dios expresa un valor ecuménico, porque la Sagrada Escritura
indica a los que se ponen en actitud de escucha el camino a seguir para llegar
a una auténtica y sólida unidad».