22 de mayo de 2022. Pascua del Enfermo
PASCUA DEL ENFERMO 2022
El VI domingo de Pascua, este año con el lema "Sed
misericordiosos como vuestro Padre es misericordioso", se celebra la
Campaña del Enfermo.
MONICIÓN DE ENTRADA
TEXTO DEL EVANGELIO (JUAN 14, 23-29)
REFLEXIÓN: "LO INDISPENSABLE", POR JAVIER LEOZ
1.- “El que me ama guardará mi palabra, y mi Padre lo
amará….” (Jn 14,23-29) Recuerdo que, al conseguir el permiso de conducir, un
monitor después de enseñarnos y de presentarnos en sucesivas clases teóricas el
código de circulación, concluía con lo siguiente: quedaos con lo más
importante. No os fijéis en el colorido de la señal y vayáis a olvidar lo que
ella indica. Si no clavamos nuestros ojos en las lecturas de este VI Domingo de
Pascua, podemos llegar a pensar que, aquella primitiva comunidad cristiana,
cumplía y vivía a la perfección y al milímetro todo aquel estilo de vida que
Jesús les había marcado. Es un poco la visión idílica que, en el corazón más
que con la razón, nos hemos formado de aquellos hombres y mujeres. Lo cierto es
que los contrastes y las primeras discusiones pronto comenzaron a nacer en el
horizonte de la fe de aquellas gentes. No todos interpretaban de la misma
manera “aquellas señales” del “nuevo código” que Jesús les había dejado para
entender, comprender y vivir el amor de Dios y que Dios les tenía. De igual
manera para nosotros, cristianos en este recién estrenado siglo XXI, nos puede
resultar peligroso confundir señalización con verdad de fe, normas con
salvación, leyes con seguridad, lo secundario….con lo indispensable. Iban dos
peregrinos, adentrándose en una bonita ciudad de España. Uno de ellos respetaba
exhaustiva y meticulosamente el ceda el paso y el stop, el giro a la derecha o
el giro a la izquierda. ¡No había señal de tráfico que le resultase
indiferente! En un momento dado su compañero le dijo: “oye…relájate un poco…
disfruta del paisaje y déjate de lo secundario”.
2.- Lo indispensable nos lo reseña Jesús: vivir según la
vocación a la que hemos sido llamados. Dar la talla como creyentes nos exige,
además de una autocrítica, un pedir la fuerza del Espíritu para que no nos
quedemos enganchados y petrificados en lo insignificante dejando pasar de largo
lo que es vida y garantía de la solidez y pureza de nuestra fe. ¿Quién nos hace
de chivato de esos nuevos caminos? ¿Quién nos sugiere el dónde y el cómo?: el
Espíritu Santo --Él es en definitiva la mejor almohada donde puede descansar
ese alma que todos llevamos dentro y que necesita ser contrastada con una
fuerza superior que nos viene de lo alto. --Él es, en definitiva, el mejor
consejero que nos hace desempolvar aquello que merece la pena conservar y
arrojar por la ventana aquello que malogra o distrae nuestro caminar con Jesús.
--Él es, en definitiva, el que inspira y empuja los derroteros de nuestro viaje
en la tierra, y en la iglesia misma, para que sepamos dar el crédito, el valor
justo y necesario a lo que es trigo o paja, simple continente o rico contenido,
sabiduría divina o conocimiento científico, mandamiento divino o falsas
seguridades humanas. Me gusta la opción que hacían aquellos primeros cristianos
de recurrir al mejor consejero y a un necesario ministerio que Dios consolidó
para su iglesia y su cometido: ministerio de Asuntos Interiores de la Iglesia
presidido por el Espíritu Santo -Hacia El se dirigen nuestras quejas y nuestros
fracasos cuando nos sentimos abatidos por mil circunstancias. -En El se nos
recibe con nuevo soplo y se nos confiere nuevos bríos cuando las fuerzas nos
fallan -En El se nos escucha cuando vamos con mil ideas pero con los corazones
partidos -En El se nos alecciona para saber por dónde hemos de caminar y de
dónde hemos de volver -En El se nos nombra de nuevo, no funcionarios, y sí
administradores de la Gracia de Dios.
3.- Es gratificante y fuente de serenidad el pensar que
EL ESPIRITU SANTO es quien avala y sostiene esta vida de Jesús que intentamos
llevar, vivir, proponer y presentar en este mundo nuestro tan seguro de sí
mismo y, por otro lado, tan sujeto a mil vaivenes. Hoy, cuando el Papa
Benedicto XVI se encuentra en Brasil, no lleva otra cosa entre sus manos y en
su mente sino aquello que el evangelio de hoy proclama: “Que no tiemble vuestro
corazón ni se acobarde”.
ORACIÓN DE LOS FIELES
Unidos a Jesucristo resucitado, presentemos al Padre,
fuente de todo consuelo, nuestros deseos y necesidades. Oremos hoy
especialmente por estos hermanos nuestros que han recibido el sacramento de la
Unción y por todas las personas, familiares y amigos, que les acompañamos.
- Dios, dice el papa Francisco, nos cuida con la fuerza
de un padre y con la ternura de una madre. Oremos por toda la Iglesia, para que
seamos testigos de la misericordia de Dios con los enfermos. ROGUEMOS AL SEÑOR.
- En muchos países muchas personas mueren por falta de
atención sanitaria. Para que sus gobernantes no abandonen a los enfermos y la
solidaridad internacional les proporcione los medios necesarios para su
asistencia. ROGUEMOS AL SEÑOR.
- Visitar a los enfermos, dice el Papa, es una invitación
que Cristo hace a todos sus discípulos. Que la Jornada Mundial del Enfermo que
celebramos nos ayude a crecer en el servicio y en la cercanía a las personas
enfermas y a sus familias. ROGUEMOS AL SEÑOR.
ORACIÓN