lunes, 7 de marzo de 2022

I DOMINGO DE CORESMA

6 de MARZO de 2022, festividad de san Olegario

“El tiempo de Cuaresma que vamos a comenzar nos impulsará de nuevo a que con sencillez sepamos reconocer siempre nuestros fallos, de esta manera seremos menos exigentes con los que viven junto a nosotros"

TIEMPO DE CUARESMA

CONFIAR… ORAR… “MISERICORDEAR”… BENDECIR… AGRADECER… … PORQUE ES LA PASCUA DEL SEÑOR

“Anúnciales con obras y palabras, lo que el Señor ha hecho contigo” (Cf. Mc 1,19-20)

Un año más nos adentramos en el desierto cuaresmal con la firme voluntad de hacer un auténtico camino de conversión que renueve nuestra vida y desde ahí hacer una Iglesia más creíble y un mundo más habitable. No olvidamos que la gracia de Dios nos precede y es Él mismo el que quiere cambiar nuestro corazón y poner un rumbo nuevo a nuestra vida. El Espíritu Santo nos conducirá a la “Verdad plena” y nos hará gustar y saborear el misterio pascual.

Vivamos  este tiempo de cuaresma con más intensidad y así prepararnos para la Pascua, estando dispuestos a acoger lo que Dios quiera hacer con nosotros, abiertos a las sorpresas del Espíritu, para así, anunciar a otros, con obras y palabras lo que el Señor ha hecho con nosotros.

CONFIAR es la primera actitud con la que hemos de empezar esta Cuaresma, sabiendo que el Señor puede hacer posible, en nosotros, la conversión que nos pide. Su Palabra será alimento que nos fortalezca.

Hemos de entrar en este tiempo descubriendo la necesidad de ORAR para que toda nuestra vida gire en torno al proyecto de Dios y no en torno a nuestros gustos o criterios. Así llegaremos a descubrir cómo Jesucristo, transfigurándose, nos configura con Él, para estar cerca de los desfigurados. El papa nos ofrece esta palabra: “MISERICORDEAR”, que encierra en ella cómo es el corazón de Dios y a qué estamos llamados cada uno de nosotros, a tener un corazón que se inclina a las miserias de la humanidad, al dolor de cada persona. Solo convirtiendo nuestro corazón al Señor podremos acompañar el camino de la humanidad sufriente. BENDECIR al Señor, reconocer su grandeza, ser conscientes de lo que hace en cada uno de nosotros y bendecir a la humanidad, a cada hombre y mujer con los que nos encontramos, hacer posible con nuestras vidas y nuestra entrega, que sean colmados de los bienes que proceden de Dios para que sus vidas sean vividas en abundancia. Y por último saber AGRADECER la entrega de Jesús por todos y cada uno de nosotros. Su vida, su Palabra, su muerte y resurrección ha manifestado la grandeza de Dios y nos hace vivir alegres, una vida con propósito. Nuestro llanto se ha convertido en gozo, nuestra tristeza en alegría. Agradezcamos con nuestras palabras y nuestra vida este magnífico don. Vivamos nuestra existencia en continua actitud de agradecimiento.
 

MONICIÓN DE ENTRADA

Queridos hermanos, les damos una  cordial bienvenida a la celebración de la misa dominical. El miércoles hemos comenzado ya esta ruta de la Cuaresma, camino hacia la Pascua. Durante estos domingos y la Semana Santa, seremos testigos del inmenso amor que Dios nos tiene, llamándonos a la conversión y arrepentimiento, para gozar de la resurrección de Cristo.

Agradeciéndole el detalle, comenzamos sellando en la eucaristía la alianza que nos ofrece en Jesús, y que iremos renovando a lo largo de toda la Cuaresma. De pie, cantamos…
 

TEXTO DEL EVANGELIO (LC 4, 1-13)

En aquel tiempo, Jesús, lleno de Espíritu Santo, se volvió del Jordán, y era conducido por el Espíritu en el desierto, durante cuarenta días, tentado por el diablo. No comió nada en aquellos días y, al cabo de ellos, sintió hambre. Entonces el diablo le dijo: «Si eres Hijo de Dios, di a esta piedra que se convierta en pan». Jesús le respondió: «Esta escrito: ‘No sólo de pan vive el hombre’».

Llevándole a una altura le mostró en un instante todos los reinos de la tierra; y le dijo el diablo: «Te daré todo el poder y la gloria de estos reinos, porque a mí me ha sido entregada, y se la doy a quien quiero. Si, pues, me adoras, toda será tuya». Jesús le respondió: «Está escrito: ‘Adorarás al Señor tu Dios y sólo a Él darás culto’».

Le llevó a Jerusalén, y le puso sobre el alero del Templo, y le dijo: «Si eres Hijo de Dios, tírate de aquí abajo; porque está escrito: ‘A sus ángeles te encomendará para que te guarden’. Y: ‘En sus manos te llevarán para que no tropiece tu pie en piedra alguna’». Jesús le respondió: «Está dicho: ‘No tentarás al Señor tu Dios’». Acabada toda tentación, el diablo se alejó de Él hasta un tiempo oportuno.
 

REFLEXIÓN: "¿TENTACIÓN? ¿DE QUÉ Y PARA QUÉ?" POR JAVIER LEOZ

1.- Comenzamos este tiempo cuaresmal, y, amigos, no lo olvidemos: es un proceso de catequesis bautismales. Es decir ¡repasemos y descubramos nuestro nacimiento a la fe y a la vida nueva! ¿Que por quién? ¡Por Cristo y en Cristo! El hombre, desde que nace, brota para la vida y para la muerte, para la alegría y para la tristeza, para el éxito y para el fracaso. Y también, el evangelio de hoy nos lo muestra estupendamente, para las tentaciones de cada día. Pero ¿qué ocurre en aquí y ahora? ¿Tenemos sensación de ser tentados en lo importante o, más bien, rescatados de lo que no es necesario o, según algunos, secundario? ¿Qué es más decisivo, a la hora de elegir caminos, los que conducen hacia el pan de la buena imagen, del poder, del tener o…los que llevan a Dios? La experiencia nos lo remarca una y otra vez: no sólo de pan vive el hombre. O, por lo menos, lo fugaz no nos hace definitivos ni definitivamente felices. El mundo, los medios de comunicación social y otros entes, puede que –hoy más que nunca- nos estén transmitiendo: ¡si dejas de creer, si renuncias a tus principios cristianos, si te alejas del mundo de Dios…serás famoso, no tendrás problemas, pasarás desapercibido y dejarás de ser señalado! Comprobamos, viva réplica de los tiempos de Jesús, cómo algunos nos quieren poner altos, peligrosamente elevados con una condición: que dejemos de adorar a Dios y nos sometamos al dictado de la sociedad caprichosa, injusta y, a veces, endemoniada.

2.-Tenemos que apoyarnos en la Palabra del Señor. Para ello, y si podemos, qué bueno sería realizar lo que la Iglesia nos sugiere con tanta insistencia: retirarnos a un pequeño desierto. La eucaristía de cada domingo, el ejercicio del vía crucis, una oración ante el sagrario o la contemplación de la cruz, son reales desiertos que nos alejan de esa fábrica de ruidos y de traiciones, de prisas y de preocupaciones que es el entorno donde nos movemos. ¿Dónde buscamos hoy a Dios? ¿Te has molestado alguna vez en buscarlo? Corremos el riesgo de pensar que, bueno, ya estamos bautizados, ya nos hemos confirmado, ya somos sacerdotes o, ¡contento se puede ver el Señor o la misma Iglesia, de que nos hayamos casado delante del altar! Pero el Señor quiere algo más. Y nuestra fe, necesita algo más. Por eso mismo, la Eucaristía, la Palabra de Dios bien proclamada y atentamente escuchada, son lugares privilegiados donde buscar y poder encontrar al Señor. ¡Cuántos cristianos que no se dan cuenta que, en la Palabra de Dios, es donde el hombre encuentra el secreto de su felicidad! Al iniciar esta santa cuaresma, no vemos las cosas fáciles para el camino de la fe. Tampoco fue un camino de rosas para Jesús: ¡fue tentado! Nosotros, al igual que El, somos tentados al abandono. A dejar en un segundo o en un tercer plano, nuestra pertenencia a la gran familia de Dios. Tenemos la tentación de convertir a los falsos ídolos (los dominantes de nuestro mundo) en los dueños de nuestras conciencias, de la educación de nuestros niños y jóvenes o en los gestores o fabricantes de leyes que van en contra de la dignidad de la persona o de la misma vida. ¿Quién ha dicho que las tentaciones no existen?

3.- Hoy es más moderno ir de “guay” y de “progre” por las calles de nuestras ciudades. Hoy, es más fácil no ser cristiano que dar testimonio de nuestra fe. Hoy, es más fácil escuchar, seguir el continuo y falso canto de las sirenas de la felicidad que secundar, la dulce y humilde Palabra del Señor. Hoy, cuando somos tentados, preferimos dejarnos seducir por el efímero dulce del paladar que resistirnos y preguntarnos si, lo que dejamos a cambio, es a la larga más ventajo o beneficioso. ¿Tentación? ¿De qué? ¿De quién? Busca un poco en tu vida y, pronto, la encontrarás. La Pascua del Señor, en el horizonte, nos invita a ello.
 

ORACIÓN DE LOS FIELES

La Cuaresma es un tiempo precioso y propicio para que, en el don de gracia de sus cuarenta días, el alma se convierta y el corazón purificado se dirija a Dios. Oremos por nuestra conversión y purificación diciendo juntos: "No nos dejes caer en la tentación, Señor".

1. Por la Iglesia, para que este tiempo de Cuaresma sea la ocasión para tomar más conciencia de los dones recibidos con el bautismo, y seamos en el mundo, y para el mundo, profecía y testimonio del amor de Dios. Oremos.

2. Por los gobernantes de las naciones, especialmente los de nuestro país, para que sientan la necesidad de recurrir a Dios para pedirle una mirada límpida y nueva, ciencia recta junto aun corazón puro para ver mejor las necesidades y llevar bienestar a todos. Oremos.

3. Por la paz en el mundo, para que cesen los conflictos bélicos entre las naciones y se respete la libertad de todos los países y la vida humana. Oremos.

4. Por los enfermos y los que sufren, para que, si es la voluntad de Dios, puedan sanar pronto y recobrar la salud y, para que tengan siempre a su lado personas que las cuiden y las asistan con amor. Oremos.

5. Por todos nosotros, para que en este tiempo de Cuaresma Dios nos dé la fuerza de su Espíritu para poder mortificar nuestro cuerpo y ofrecerle un sacrificio agradable a su presencia. Oremos.
 

ORACIÓN

"Nos has llamado al desierto"

NOS HAS LLAMADO AL DESIERTO, SEÑOR DE LA LIBERTAD,
Y ESTÁ EL CORAZÓN ABIERTO A LA LUZ DE TU VERDAD.
SUBIMOS CON ESPERANZA LA ESCALADA CUARESMAL,
EL PUEBLO DE DIOS AVANZA HASTA LA CUMBRE PASCUAL.

1. Tu pueblo, Señor,
camina desde la aurora al ocaso:
a tu Pascua se encamina
y te sigue paso a paso.

2. Señor, te reconocemos
y tu Palabra escuchamos,
tus caminos seguiremos
y tu ley de amor cantamos.

3. Se acerca, Señor,
tu día, en el que todo florece:
con su luz y su alegría
ya el camino resplandece.