28 de febrero de 2022
- Carta
Pastoral del arzobispo para este tiempo litúrgico que se inició el miércoles día 2 de marzo con la imposición de la ceniza
- Monseñor
Barrio recuerda que el ayuno, la limosna y la oración son semillas para la
siembra cuaresmal
En su Carta Pastoral para la Cuaresma, el arzobispo de
Santiago recuerda el mensaje del papa Francisco para este tiempo litúrgico que
se inicia el próximo miércoles día 2 de marzo con la imposición de la ceniza.
Monseñor Barrio indica que el pontífice nos dice que la Cuaresma “es un tiempo
favorable para la renovación personal y comunitaria que nos conduce hacia la
Pascua de Jesucristo muerto y resucitado”.
En este sentido, el prelado compostelano indica que “el
ayuno, la limosna y la oración, semillas para la siembra cuaresmal, nos
ayudarán en este propósito a entender nuestra relación con las cosas y las
personas y nuestro estilo de vida y acción”.
Monseñor Barrio recuerda que este es un tiempo para
“fortalecer nuestro espíritu” y asegura que “las gracias jubilares nos ayudan a
fortalecer nuestra espiritualidad, viviendo el sentido penitencial y la
conversión a Dios”.
El arzobispo señala también que “Jesús es la acequia de
gracia que nos refresca y hace que no nos marchitemos”, y que la fe cristiana
habla con las manos porque actúa mediante la caridad”. Y añade: “las manos
llagadas del resucitado son signo de que el amor del Padre es más fuerte que la
muerte: En su resurrección vivimos de su presente eterno y nuestros nombres
quedan inscritos en el libro de la vida porque estamos tatuados en Dios”.
En este camino cuaresmal, el arzobispo invita a participar
en la celebración de las 24 horas para el Señor, que tendrán lugar el viernes
25 y el sábado 26 de marzo: “en la adoración eucarística encontramos también el
ambiente propicio para celebrar el Sacramento de la Reconciliación cuya
experiencia nos lleva a ser misericordiosos con los demás”.
El arzobispo pide, además, que en las parroquias, en las
comunidades religiosas y en los Seminarios se programen momentos de adoración
al Santísimo, lectura de la Palabra de Dios y celebraciones penitenciales en el
contexto de esta celebración.