jueves, 30 de septiembre de 2021

Conferencia del Nuncio en el congreso ACC

En su conferencia del Congreso de ACC, el Nuncio, monseñor Bernardito Auza, invitó a profundizar en la “Nueva Evangelización”

28 de septiembre de 2021

  • Aseguró que los obispos españoles en su documento Fieles al envío misionero señalan respuestas a los desafíos pastorales, que “son propuestas en el marco de la Nueva Evangelización”
  • “La primera respuesta al gran desafío de nuestro tiempo es, por lo tanto, la profunda conversión de nuestro corazón”, indica el Nuncio      

En su conferencia sobre Retos Pastorales de la Iglesia en España, pronunciada por el Nuncio de Su Santidad en la última jornada del IX Congreso de Acogida Cristiana en los Caminos de Santiago, monseñor Bernardito Auza invitó a todos los que participaron en este encuentro a recuperar el impulso evangelizador tras la pandemia del Covid, en la línea de la “nueva evangelización”, que nace en el Concilio Vaticano II y se expresa en el magisterio de San Pablo VI, San Juan Pablo II, el papa emérito Benedicto XVI y el papa Francisco. Es toda la Iglesia, dijo Auza, la que está “llamada siempre con mayor urgencia, en particular en las Iglesias locales de la “antigua evangelización”, como es Europa, y España en particular”, a proclamar el Evangelio, pues “la Iglesia desea continuar, bajo la guía del Espíritu, la obra misma de Cristo, quien vino al mundo para dar testimonio de la verdad, para salvar y no para juzgar, para servir y no para ser servido”.

El Nuncio de Su Santidad comentó, también, que “ casi 56 años de la clausura del Concilio y de la publicación del Decreto Ad gentes, sobre la actividad misionera; a casi 46 años de la Exhortación apostólica Evangelii nuntiandi, del Papa Pablo VI, acerca de la evangelización en el mundo contemporáneo; y  a casi 31 años de la Carta Encíclica Redemptoris Missio, del Papa Juan Pablo II, sobre la permanente validez del mandato misionario, la Iglesia hoy nos recuerda con insistencia del compromiso misionero, siguiendo la auténtica enseñanza del Magisterio”. En este sentido, monseñor Auza aludió a la Exhortación Apostólica Evangelii Gaudium, en la que el papa Francisco “recoge las reflexiones de la XIII Asamblea General del Sínodo de los Obispos sobre La Nueva Evangelización para la transmisión de la fe”.

El Nuncio aludió, además, a la crisis de transmisión de la fe que se observa “de una generación a la otra”. “Se trata”, señaló, “de una experiencia de cada familia, de cada parroquia, de cada sociedad, de cada país. Esta aquí la gran tarea y el grande desafío, porque, a los hijos y a los nietos, la fe y los valores de los padres y de los abuelos ya parecen inaceptables o, al menos, opcionales; porque el mundo y el hombre de hoy parece haber perdido el sentido de las realidades últimas y de la misma existencia, que son los bloques fundamentales de los valores religiosos y éticos de nuestros padres”.

Monseñor Bernardito Auza indicó que el reto de la nueva evangelización pasa, como dice el Santo Padre Francisco por conectar “la alegría de recibir el mensaje del Evangelio y el anuncio misionero, vinculo patente desde los inicios del cristianismo. Esta alegría brota de un corazón agradecido por los dones recibidos y por la serenidad de saber que es Cristo quien lleva adelante la barca de la Iglesia, continuando en nuestras manos su obra de salvación”.

De este modo, afirmó el Nuncio, “nueva evangelización significa encontrar una respuesta adecuada a los signos de los tiempos, que nos indican las necesidades espirituales de los creyentes individuales y de las comunidades de fe de hoy en día. Significa encontrar nuevas maneras de proclamar el mismo Evangelio con el fin de responder a las situaciones presentes que las nuevas formas de pensamiento y de comportamiento crean, tanto en la Iglesia como en la sociedad. Consecuentemente, nueva evangelización significa fomentar una cultura profundamente enraizada en el Evangelio en un nuevo marco, en una nueva cultura, en nuevas situaciones humanas”.

El Nuncio aseguró que “la gente y sus circunstancias, entre las cuales la Iglesia está presente, han cambiado, a veces de manera radical, y así todo un nuevo conjunto de situaciones han aparecido en nuestros días. Consideremos los cambios culturales, económicos y científicos que hemos experimentado en las últimas décadas.  La Iglesia no se puede permitir quedarse de brazos cruzados si tiene que proclamar el mismo Evangelio a las gentes de hoy que tienen contextos culturales y sociales muy diferentes que antes. Nosotros, los discípulos de Cristo hoy, no podemos ser meros espectadores si queremos vivir y proclamar el Evangelio en estos nuevos contextos. Debemos comprometernos. Y nuestro compromiso toma el nombre de “nueva evangelización”.

Proponer siempre el Evangelio

Para monseñor Bernardito Auza, “la nueva evangelización tiene como objetivo “volver a proponer” el mismo Evangelio a todos aquellos que han sufrido una crisis de fe, en particular a aquellos que han perdido su fe en lugares donde las raíces del cristianismo son profundas, pero que han padecido una seria crisis de fe debido a la secularización”, un fenómeno que se da en todo el mundo y al que, precisamente, intentan los obispos españoles dar respuesta desde su reciente documento “Fieles al envío misionero”.

En efecto, el Nuncio resaltó que “el título que, desde la organización de este IX Congreso me ha sido asignado y que acepté, – Retos pastorales de la Iglesia en España – encuentra respuesta autorizada, y obligada, en el ya mencionado Plan Pastoral que, con el título “Fieles al envío misionero”, aprobaba la Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal Española, el pasado mes de abril. Los Sres. Obispos, han realizado un diagnóstico sobre la cultura actual y han señalado y programado las prioridades de su acción pastoral para el periodo 2021-2025, en perfecta sintonía con las orientaciones del Santo Padre, el Papa Francisco, cuyo magisterio se incorpora al documento total e íntegramente”.

Monseñor Auza recordó que “en su análisis de la sociedad española, los Obispos detectan algunos de los retos principales de la Iglesia en España”, entre ellos el de “la desconfianza inherente a una sociedad liquida y desvinculada”, el del  “desafío cultural” y el de “la perdida de la salud espiritual y del sentido de la vida”.

Para superar esos retos pastorales de la Iglesia en España, dijo el Nuncio, “los Obispos identifican las prioridades pastorales, capaces de dar respuesta a los retos pastorales. Estas prioridades están movidas por la atenta escucha y estudio de la orientación y enseñanza del Santo Padre el Papa Francisco recogiéndolas y aplicándolas en el trazado plan pastoral con las características de una Iglesia en salida y en sinodalidad. En suma, son propuestas en el marco de la Nueva Evangelización. Ahora bien, la primera prioridad pasa por nuestro corazón, como dicen los señores obispos “La primera respuesta al gran desafío de nuestro tiempo es, por lo tanto, la profunda conversión de nuestro corazón”.

“La nueva evangelización es sobre todo anunciar al Señor en el testimonio de la alegría de haberlo conocido, porque Dios no es la respuesta a una curiosidad intelectual o un compromiso, sino una experiencia de amor. Y este amor de Dios no varía según como nos comportemos: es amor incondicional”, remarcó monseñor Auza.


A ASEMBLEA CONXUNTA DE BISPOS E SACERDOTES

Neste mes de setembro conmemóranse os cincuenta anos da celebración dun dos fitos máis importantes da historia recente da Igrexa española: a Asemblea Conxunta de Bispos e sacerdotes. Un encontro que, por vez primeira despois da celebración do Concilio Vaticano II, xuntou a curas e bispos para escoitarse, dialogar e abordar un proceso de discernimento respecto a como concretar a posta en marcha de toda a riqueza dos documentos que xerara o Concilio.

A teoloxía do Concilio, onde se falaba dunha eclesioloxía de comuñón desde o compartir o ser Pobo de Deus; e na que a Igrexa se presentaba como Sacramento Universal de Salvación, esixía un novo xeito de acción pastoral que necesariamente tiña que afastarse da simbiose nacional-católica que xurdira despois do triunfo dos sublevados na guerra (in)Civil de 1936/39; e da xa famosa Pastora conxunta do 1937 dos Bispos españois. O bater das ás do Espírito urxía á Igrexa española a abandonar vellos esquemas e complicidades co Réxime franquista, abrindo un horizonte de renovación eclesial.

Unha parte non pequena dos curas, cada vez con maior conciencia de estar no mundo e ao servizo dos “gozos e esperanzas, das tristuras e angustias dos homes do noso tempo…(que) son á vez os gozos e esperanzas, tristezas e angustias dos discípulos de Xesús”(GS 1) quería responder á urxencia do concilio do “aggiornamento” das Igrexas locais.

En fidelidade a esta gran profecía do documento conciliar, e buscando prestar atención “aos sinais do tempos” á que nos urxía o mesmo documento, reuníronse en Madrid, do trece ao dezaoito de setembro do ano setenta e un, representantes dos curas de todas as dioceses españolas, que foran elixidos polos seus compañeiros logo da celebración das asembleas diocesanas, para debater as cuestións que habían ser abordadas neste encontro de diálogo e discusión cos Bispos. Comezaban a poñerse os cimentos dunha acción pastoral máis libre, participativa e dialogante.

Canto alí se abordou marcou as liñas de traballo pastoral e renovación eclesial da gran maioría das dioceses españolas. E máis alá de interpretacións políticas, que tamén as houbo, o que confluíu en Madrid naquel mes de setembro, foi a forza dunha parte do pobo de Deus, os curas, buscando tender pontes de entendemento cos bispos, moitos dos cales seguían a camiñar, por interese mutuo, coas institución do Réxime franquista na súa etapa final.

Inda que moitas veces a interpretación dos contidos da Asemblea se focalizou nunha lectura, mesmo interpretación, en clave política, o que alí se debateu, no sentido máis amplo do termo, foi un novo modelo de Igrexa e da súa presenza na sociedade española, xa en permanente ebulición e ilusionada cos novos tempos que se albiscaban. Un modelo que buscaba pasar de ser elite a ser semente chamada a crecer para dar o mellor dos froitos en forma de participación, afastamento do poder e corresponsabilidade, en virtude do sacerdocio común, dos demais membros do Pobo de Deus.

A Igrexa piramidal xa non era a imaxe que mellor mostraba o cambio que en toda a Igrexa se estaba a desenvolver. España non deixaba de ser católica, pero a Igrexa rompía os muros da cristiandade para ser unha Igrexa servidora e profética, voz das persoas sen voz, ao estilo dos profetas do Antigo Testamento, reivindicando a filiación que nos fai iguais en dignidade e dereitos.

Os cincuenta anos da súa celebración e ás portas do sínodo universal sobre a Sinodalidade son ocasión para achegarnos a uns textos que nos axuden a comprender por que a Igrexa española foi puntal, anos despois, na Transición do franquismo á democracia.

Clodomiro Ogando Durán

Instituto Teolóxico de Vigo.