Domingo de la 12ª semana del Tiempo Ordinario
19 de junio de 2022. Solemnidad del Corpus Christi-Día de
la Caridad
SOLEMNIDAD DEL CUERPO Y LA SANGRE DE CRISTO
El Corpus Christi, conocido igualmente como Cuerpo de
Cristo, Solemnidad del Cuerpo y la Sangre de Cristo, se conmemora como una
eucaristía para adorar la presencia de Jesús. Es una festividad móvil de la
religión católica, contemplada en el calendario litúrgico. Se celebra el jueves
siguiente a la solemnidad de la Santísima Trinidad, la cual se lleva a cabo el
domingo siguiente a Pentecostés (sesenta días después del Domingo de
Resurrección). En 2022, el día del Corpus Christi se celebra el 19 de junio.
El Corpus Christi tuvo sus orígenes en la última cena de
Jesucristo junto a sus doce discípulos, durante la noche del Jueves Santo.
Jesucristo convirtió el pan en la representación de su cuerpo y el vino, que
representaba su sangre, invitando a sus discípulos a que comieran y bebieran de
él. Este acto precede el santo sacrificio de Jesús en la cruz, venerando su
santidad como representante de Dios en la tierra.
De acuerdo a registros e investigaciones de historiadores,
en la Edad Media (año 1208) la religiosa Juliana de Cornillon propuso celebrar
esta festividad en honor al cuerpo y sangre de Cristo presentes en la
eucaristía. Dicha propuesta se materializó en el año 1246, en la diócesis de
Lieja, ubicada en Bélgica.
Ya en el año 1263 sucedió un hecho milagroso en la localidad
de Bolsena (Italia), cuando, en la celebración de una misa, un sacerdote rompió
la hostia consagrada, brotando sangre de ella. Esto consolidó esta festividad
litúrgica del Corpus Christi.
En el Concilio de Vienne (año 1311) Clemente V reguló el
cortejo procesional en el interior de los templos. En el año 1316 Juan XXII
introdujo la Octava que incluyó la exposición del Santísimo Sacramento y el
papa Nicolás V encabezó la procesión en la festividad del Corpus Christi del
año 1447, con la Hostia Santa por las calles de Roma.
MONICIÓN DE ENTRADA
Celebramos la solemnidad del Santísimo Cuerpo y Sangre de
Cristo, nuestro Señor. Alabémoslo con fe, pues permanece con nosotros hasta el
fin de los tiempos, en el misterio de la Palabra que nos da, en el misterio del
pan que comparte con nosotros en el misterio de nuestra comunidad que congrega.
Esta eucaristía nos acerque a la fiesta eterna de su amor. Este domingo del
Corpus es también el domingo de Caritas. Nuestra oración y nuestra ayuda
económica será para esta organización eclesial que desde Cristo donación y
eucaristía lucha contra la pobreza.
TEXTO DEL EVANGELIO (LUCAS 9, 11B-17)
En aquel tiempo, Jesús les hablaba acerca del Reino de Dios,
y curaba a los que tenían necesidad de ser curados. Pero el día había comenzado
a declinar, y acercándose los Doce, le dijeron: «Despide a la gente para que
vayan a los pueblos y aldeas del contorno y busquen alojamiento y comida,
porque aquí estamos en un lugar deshabitado». Él les dijo: «Dadles vosotros de
comer». Pero ellos respondieron: «No tenemos más que cinco panes y dos peces; a
no ser que vayamos nosotros a comprar alimentos para toda esta gente».
Pues había como cinco mil hombres. Él dijo a sus discípulos:
«Haced que se acomoden por grupos de unos cincuenta». Hicieron acomodarse a
todos. Tomó entonces los cinco panes y los dos peces, y levantando los ojos al
cielo, pronunció sobre ellos la bendición y los partió, y los iba dando a los
discípulos para que los fueran sirviendo a la gente. Comieron todos hasta
saciarse. Se recogieron los trozos que les habían sobrado: doce canastos.
REFLEXIÓN: "PANCARTA DE AMOR DIVINO Y HUMANO",
POR JAVIER LEOZ
1.- En este día del Corpus Christi, estamos llamados a
entrar en un lugar donde, el pan y el vino, dejan de serlo para convertirse en
permanente presencia de Cristo en la Eucaristía Insertarnos en Cristo comporta
siempre salir enriquecidos, no de bienes materiales, y sí llenos de su Espíritu
en el corazón y en el alma. Treinta minutos, escasos, no son suficientes, ni
dan cuenta del valor inmenso que encierra la Eucaristía. Pero, toda una vida
cristiana, sería difícil de llevarla adelante sin el aprovisionamiento del pan
único y partido.
2.- La festividad del Corpus Christi se hace demasiado
grande para encorsetarla en los cuatro muros de un templo. -Es tan grande su
misterio y, tan imposible de contenerlo en el corazón de las personas, que se
desparrama por los aledaños y plazas, cuando sale de la mejor catedral o de la
iglesia menos importante y más escondida. -Es tan firme nuestra devoción hacia
la Eucaristía, que lo manifestamos públicamente, sin temor ni vergüenza, ante
un mundo que ensucia y empapela las paredes no precisamente con mensajes de
verdad que interpelen y empujen al amor verdadero. -Es tan convencido, nuestro
aprecio por la presencia del Señor en la Eucaristía, que necesitamos seguirle
cuando, EL por delante, salta al asfalto o al empedrado en medio del entresijo
de ciudades y pueblos, de hombres y mujeres gritándonos: ¡Dios está aquí!
-Impresiona tanto la “reserva” del Amor de Dios en el Sagrario, que sale en
Custodia para que el mundo entienda que sin El, el ser humano, será un
fracasado y un fracaso, algo imposible de llevar adelante cuando, los amores no
son correspondidos. Corpus Christi: La caridad es causa de felicidad personal y
comunitaria. El dar supone enriquecerse a sí mismo. Con la caridad todos somos
beneficiados. Corpus Christi: Es centralizar el Misterio de la Eucaristía en
aquel acto de supremo servicio donde Jesús da pruebas del señorío del amor de
Dios en su corazón. Corpus Christi: Es manifestar públicamente la convicción de
todo cristiano católico que siente y vive en la Eucaristía el AMOR que Dios nos
tiene. Que sabe que siempre hay un Misterio escondido detrás de las especies
del pan y del vino. Corpus Christi: Es el Amor de Dios que toma cuerpo. Que se
hace cuerpo; visible, alimento, vino y pan. Y, si el amor de DIOS se hace
cuerpo, nuestras calles se abren de par en par para que, por unos momentos, se
conviertan en mesa interminable donde los seguidores de Jesús celebren,
proclamen, vivan y coman su pan multiplicado. Corpus Christi: Es el Amor de
Dios a los hombres y - por efecto boomerangamor y servicio, generosidad y
justicia, perdón y fraternidad de los hombres con los propios hombres.
3.- Si el amor de Dios se hace cuerpo, por nosotros, de
igual manera somos urgidos por imperativo de Jesús Eucaristía a ser cuerpo
visible de justicia y del compartir, de alegría y de tolerancia, de respeto y
de fe, de reconciliación y de esperanza, de ilusión de coraje, de piedad y de
compromiso continuado en pro de una sociedad que no tiene más esquemas sino el
poder para tener. Ahora, en estos tiempos sobre todo, donde hay tanto contraste
de culturas y hasta de religiones…es bueno manifestar públicamente lo que
sentimos y lo que creemos: ¡Dios está aquí! No sé porque me da que el Corpus,
hoy más que nunca, puede ser un desafío ante ese afán de replegar y de esconder
todo lo que suene a religioso. Frente a ese intento, desenfrenado y hasta
provocador, de silenciar y apartar a Dios de la vida pública. La custodia, con
Cristo dentro, puede ser perfectamente la gran pancarta de un Dios que sigue
hablando y manifestándose a través de nosotros. Pero, ¡eso sí!, primero lo
creamos nosotros y luego…lo manifestemos con todas las consecuencias.
ORACIÓN DE LOS FIELES
Hermanos, Dios nos ha saciado con su palabra. Presentémosle
ahora con confianza las oraciones que esta Palabra ha sembrado en nuestro
corazón.
1. Por la santa Iglesia: para que, fortalecida con el pan de
la vida, anuncie con palabras y obras el evangelio, roguemos al Señor.
2. Por los sacerdotes y diáconos, ministros del altar: para
que se conforme con el misterio que celebran para alabanza de Dios y santificación
de los hombres, roguemos al Señor.
3. Por los que necesitan nuestra ayuda y por Cáritas: para
que la buena noticia de la salvación se realice en la caridad de la Iglesia,
roguemos al Señor.
4. Por los moribundos: para que la comunión robustezca su
esperanza, sea consuelo y fuerza en su agonía y prenda de salvación eterna,
roguemos al Señor.
5. Por los que celebramos estos sagrados misterios: para que
al sentarnos a la mesa del Señor no descuidemos la generosidad y la
solidaridad, roguemos al Señor.
Dios Padre bueno, que nos has reunido en asamblea festiva
para celebrar el sacramento pascual del Cuerpo y Sangre de tu hijo; escucha
nuestras plegarias y danos tu Espíritu, para que al participar en el sumo bien
de toda la Iglesia, nuestra vida sea una continua acción de gracias, expresión
perfecta de la alabanza que te dirige toda la creación. Por Jesucristo nuestro
Señor.
ORACIÓN
No guardes silencio, Señor,
y en este día del Corpus hazte presente con la misma
fuerza de aquel inolvidable del Jueves Santo. Pero,
deja que este momento –Señor- seamos nosotros
quienes nos arrodillemos ante este gran Sacramento.
Hoy, como entonces, sentimos tu presencia Señor Hoy,
como entonces, sentimos el amor que se hace entrega Hoy,
como entonces, sentimos la generosidad que se transforma en servicio.
¡Bendito, mil veces bendito, Señor!
Te quedaste para compartir nuestras penas y fatigas y,
cada día que pasa, necesitamos de la eucaristía para enfrentarnos a ellas
Te quedaste en el altar para que nuestra fe no se debilitara y,
cada hora que pasa, elevamos tu Hostia Santa, porque,
de lo contrario, tememos desfallecer en el camino.
¡Bendito! ¡Mil veces bendito, Señor!
Hablaste con Palabras de amor,
y hoy sales a nuestras calles reclamando nuestra pasión por los demás
Te arrodillaste para limpiar nuestros pies cansados y,
hoy somos nosotros quienes adoramos y
bendecimos tu Realeza en la Custodia
Repartiste el pan de la vida,
el aperitivo de la vida eterna y hoy, en este día del Corpus,
a tu paso las travesías se convierten en ríos
de felicidad celeste las plazas en manantiales
o surtidores de vida los balcones en alabanzas
o en lluvia de pétalos ante tu presencia real y misteriosa
¡Bendito! ¡Mil veces bendito seas!
Descubrirte, escucharte y comulgarte,
Señor, ha sido una gracia y,
acompañarte por los rincones por los
cuales discurre nuestra vida ha sido,
en este día del Corpus, un privilegio que sólo das a tus amigos.
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