domingo, 22 de mayo de 2022

Domingo da VI Semana de Pascua

22 de mayo de 2022. Pascua del Enfermo

PASCUA DEL ENFERMO 2022

El VI domingo de Pascua, este año con el lema "Sed misericordiosos como vuestro Padre es misericordioso", se celebra la Campaña del Enfermo.

Acompañar a quienes sufren como consecuencia de la enfermedad es una obra de misericordia y una finalidad fundamental en la pastoral de la salud de la Iglesia. Por ello, en la Campaña del Enfermo, que este año será el 11 de febrero y el VI domingo de Pascua (22 de mayo), se pondrá el acento en la importancia de «acompañar en el sufrimiento». Se pretende que en esta campaña los cristianos sean portadores de esperanza a cuantos sufren por la enfermedad, sin olvidar a cuantos cuidan a los enfermos y a aquellos que padecen enfermedades menos «visualizadas».
 

MONICIÓN DE ENTRADA

Muy buenos días, hermanos. Sed bienvenidos a esta eucaristía en el VI domingo de Pascua. Después de cinco semanas de Pascua, y cuando quedan dos para Pentecostés, con la oración de este domingo buscamos asegurarnos de que no decaiga el tono y el ritmo de la fiesta, porque pide a Dios que nos conceda «continuar celebrando con fervor estos días de alegría en honor de Cristo resucitado». Movidos por el Espíritu Santo y rogando a Dios nos conceda un día celebrar con Cristo la Pascua definitiva, comenzamos la celebración de nuestra misa cantando con alegría…
 

TEXTO DEL EVANGELIO (JUAN 14, 23-29)

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Si alguno me ama, guardará mi Palabra, y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada en él. El que no me ama no guarda mis palabras. Y la palabra que escucháis no es mía, sino del Padre que me ha enviado. Os he dicho estas cosas estando entre vosotros. Pero el Paráclito, el Espíritu Santo, que el Padre enviará en mi nombre, os lo enseñará todo y os recordará todo lo que yo os he dicho. Os dejo la paz, mi paz os doy; no os la doy como la da el mundo. No se turbe vuestro corazón ni se acobarde. Habéis oído que os he dicho: ‘Me voy y volveré a vosotros’. Si me amarais, os alegraríais de que me fuera al Padre, porque el Padre es más grande que yo. Y os lo digo ahora, antes de que suceda, para que cuando suceda creáis».
 

REFLEXIÓN: "LO INDISPENSABLE", POR JAVIER LEOZ

1.- “El que me ama guardará mi palabra, y mi Padre lo amará….” (Jn 14,23-29) Recuerdo que, al conseguir el permiso de conducir, un monitor después de enseñarnos y de presentarnos en sucesivas clases teóricas el código de circulación, concluía con lo siguiente: quedaos con lo más importante. No os fijéis en el colorido de la señal y vayáis a olvidar lo que ella indica. Si no clavamos nuestros ojos en las lecturas de este VI Domingo de Pascua, podemos llegar a pensar que, aquella primitiva comunidad cristiana, cumplía y vivía a la perfección y al milímetro todo aquel estilo de vida que Jesús les había marcado. Es un poco la visión idílica que, en el corazón más que con la razón, nos hemos formado de aquellos hombres y mujeres. Lo cierto es que los contrastes y las primeras discusiones pronto comenzaron a nacer en el horizonte de la fe de aquellas gentes. No todos interpretaban de la misma manera “aquellas señales” del “nuevo código” que Jesús les había dejado para entender, comprender y vivir el amor de Dios y que Dios les tenía. De igual manera para nosotros, cristianos en este recién estrenado siglo XXI, nos puede resultar peligroso confundir señalización con verdad de fe, normas con salvación, leyes con seguridad, lo secundario….con lo indispensable. Iban dos peregrinos, adentrándose en una bonita ciudad de España. Uno de ellos respetaba exhaustiva y meticulosamente el ceda el paso y el stop, el giro a la derecha o el giro a la izquierda. ¡No había señal de tráfico que le resultase indiferente! En un momento dado su compañero le dijo: “oye…relájate un poco… disfruta del paisaje y déjate de lo secundario”.

2.- Lo indispensable nos lo reseña Jesús: vivir según la vocación a la que hemos sido llamados. Dar la talla como creyentes nos exige, además de una autocrítica, un pedir la fuerza del Espíritu para que no nos quedemos enganchados y petrificados en lo insignificante dejando pasar de largo lo que es vida y garantía de la solidez y pureza de nuestra fe. ¿Quién nos hace de chivato de esos nuevos caminos? ¿Quién nos sugiere el dónde y el cómo?: el Espíritu Santo --Él es en definitiva la mejor almohada donde puede descansar ese alma que todos llevamos dentro y que necesita ser contrastada con una fuerza superior que nos viene de lo alto. --Él es, en definitiva, el mejor consejero que nos hace desempolvar aquello que merece la pena conservar y arrojar por la ventana aquello que malogra o distrae nuestro caminar con Jesús. --Él es, en definitiva, el que inspira y empuja los derroteros de nuestro viaje en la tierra, y en la iglesia misma, para que sepamos dar el crédito, el valor justo y necesario a lo que es trigo o paja, simple continente o rico contenido, sabiduría divina o conocimiento científico, mandamiento divino o falsas seguridades humanas. Me gusta la opción que hacían aquellos primeros cristianos de recurrir al mejor consejero y a un necesario ministerio que Dios consolidó para su iglesia y su cometido: ministerio de Asuntos Interiores de la Iglesia presidido por el Espíritu Santo -Hacia El se dirigen nuestras quejas y nuestros fracasos cuando nos sentimos abatidos por mil circunstancias. -En El se nos recibe con nuevo soplo y se nos confiere nuevos bríos cuando las fuerzas nos fallan -En El se nos escucha cuando vamos con mil ideas pero con los corazones partidos -En El se nos alecciona para saber por dónde hemos de caminar y de dónde hemos de volver -En El se nos nombra de nuevo, no funcionarios, y sí administradores de la Gracia de Dios.

3.- Es gratificante y fuente de serenidad el pensar que EL ESPIRITU SANTO es quien avala y sostiene esta vida de Jesús que intentamos llevar, vivir, proponer y presentar en este mundo nuestro tan seguro de sí mismo y, por otro lado, tan sujeto a mil vaivenes. Hoy, cuando el Papa Benedicto XVI se encuentra en Brasil, no lleva otra cosa entre sus manos y en su mente sino aquello que el evangelio de hoy proclama: “Que no tiemble vuestro corazón ni se acobarde”.

4.- TE VAS A IR, SEÑOR, PERO… ¡VUELVE!
–Vuelve e infunde claridad al corazón del que te busca y no te alcanza -Regresa y fortalece al que te acogió por el Bautismo pero dejó languidecer su fe -Vuelve y recupera la mente del que pensó en Ti y luego olvido tu nombre -Regresa y haz fructificar los esfuerzos apostólicos en los que hacen falta cada vez más manos -Vuelve y reina sobre la sensación de orfandad en la que viven muchos cristianos -Regresa y tritura las dudas que asoman frente al horizonte de la fe -Vuelve y cura el alzheimer de tantos seguidores tuyos que olvidaron tu mandamiento -del amor -Regresa y sensibiliza a las personas que dicen quererte y les cuesta verte en los hermanos -Vuelve y dinamiza el silencio y las pruebas que nos asolan en tantos momentos -Regresa y vivifica la memoria donde un día sonó la voz del Espíritu Santo - Vuelve y que te encontremos en los trabajos que realizamos en cada hora y en cada jornada - Regresa por el envío de tu Espíritu Santo y trae, de nuevo, a nuestro pensamiento la intensidad de aquellas horas vividas contigo Porque tenemos miedo a perderte, porque tememos que no vuelvas….no te vayas Señor.
 

ORACIÓN DE LOS FIELES

Unidos a Jesucristo resucitado, presentemos al Padre, fuente de todo consuelo, nuestros deseos y necesidades. Oremos hoy especialmente por estos hermanos nuestros que han recibido el sacramento de la Unción y por todas las personas, familiares y amigos, que les acompañamos.

- Dios, dice el papa Francisco, nos cuida con la fuerza de un padre y con la ternura de una madre. Oremos por toda la Iglesia, para que seamos testigos de la misericordia de Dios con los enfermos. ROGUEMOS AL SEÑOR.

- En muchos países muchas personas mueren por falta de atención sanitaria. Para que sus gobernantes no abandonen a los enfermos y la solidaridad internacional les proporcione los medios necesarios para su asistencia. ROGUEMOS AL SEÑOR.

- Visitar a los enfermos, dice el Papa, es una invitación que Cristo hace a todos sus discípulos. Que la Jornada Mundial del Enfermo que celebramos nos ayude a crecer en el servicio y en la cercanía a las personas enfermas y a sus familias. ROGUEMOS AL SEÑOR.

- Por todos nuestros hermanos difuntos y cuantos han muerto víctimas de la pandemia, de la violencia o del hambre, para que ahora descansen en su reino. ROGUEMOS AL SEÑOR.
 

ORACIÓN

¡Oh Cristo, mi Buen Samaritano!
¡Oh Cristo, mi Buen Samaritano!
Tú que, al borde del camino de la vida,
ves mis dolores y sufrimientos
y lleno de piedad y compasión
me recoges con tus manos,
llenas de ternura y dulzura,
y me cargas suavemente sobre ti,
¡ayúdame a sentirte junto a mí!

¡Oh Cristo, mi Buen Samaritano!
Cuídame con tu amor misericordioso,
derrama tu vino sobre mis heridas,
santifícame con la fuerza de tu Santo Aceite,
consuélame con el afectuoso consuelo
que tú sólo nos sabes dar,
y cuando vuelvas en el último día,
¡paga por nosotros lo que te debamos!

¡Oh Cristo, mi Buen Samaritano,
nunca te separes de mí!
Amén.

 

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